¿Cómo será la vida en la cárcel Las Parras? Autoridades prometen que sin celulares y sin pagos por camas

SANTO DOMINGO.- Una ventana de láminas metálicas servirá de conexión con el exterior a las celdas de la cárcel Las Parras o Nueva Victoria.
Esa será la proximidad de los reos con las añoranzas previas a una condena y ese hueco que durante las noches soplará el frío del encierro.
Se distribuirán entre cinco, alojados en literas y con un sanitario con privacidad limitada a una “puertecita blanca”. Así, en cada estancia donde se ubiquen los 2,400 reclusos, tras la inauguración de un primer cuadrante pautado para agosto.
Los espacios de guardar la ropa u otras pertenencias que permitan la seguridad están pensados en no afectar al colectivo, observando un casillero con varias divisiones, aunque la preocupación de estar hecho con un material que podría ser desarticulado y convertido en armas blancas.
La arquitectura del centro localizado en el municipio San Antonio de Guerra, mostrado a la prensa en un recorrido por el ministro de Vivienda y Edificaciones, Carlos Bonilla, también está pensada en los minusválidos.
En ocasión de esos privados de libertad de condiciones especiales, en cada pabellón existe una celda con camas unipersonales. Estas permiten que, incluso en sillas de ruedas, puedan desplazarse hacia la ducha o inodoro con facilidad.
Lo que no tiene distinción es la cobija, quienes tendrán colchonetas de una fina capa de soporte que vuelve a recordarles el estado de reclusión, así como una almohada y sábanas blancas.
Tendrán acceso a una lavandería en los pabellones, mientras que la correccional, en sentido general, incluye “amenidades” como las celdas para visitas conyugales, reflexión, máxima seguridad, entre otras.
Ellos podrán laborar en un taller, granjas de conejos y gallinas, seguido de actividades agrícolas en las cercanías.
Asimismo, les habilitarán un comedor, aulas educativas, salones de encuentros con infantes, dispensario médico, dos iglesias y un ala administrativa para manejar la logística.
Proceso de traslado
Según declaraciones de Bonilla, la cárcel será entregada en “agosto o antes”, haciéndose acompañar del asesor del Poder Ejecutivo en materia penitenciaria, Roberto Santana, quien indicó que los trasladados comenzarán con “los mansos primeros”.
Los reos que se alojarán allí inician con los “productivos”, ya sea que tengan un oficio –señalando a cocineros o maestros– y puedan crear una cultura de civismo en el lugar.
“A los que saben hacer algo y que son mansos, los traemos primero y a los más terribles los dejamos de último. Cuando los más terribles llegan, ya los mansos tienen el control. Dicen: ‘no vayan a crear problemas aquí, que aquí no te voy a pagar por cama’, ni te voy a pagar por nada”, aseguró Santana.
En esos afanes, las autoridades reaccionaron “contundentes” con la eliminación de celulares, relacionados con estafas perpetuadas por privados de libertad, declarando que los mismos no estarán en la penitenciaria.
“Los celulares pueden estar, sí, pero fuera de aquí”, dijo Santana a los medios. “Y no lo hacemos como una promesa, es que los celulares, y la pregunta para usted (periodista): ¿los celulares entran solos? No. ¿Alguien los entra? Los presos no los salen a buscar. ¿Quiénes entran los celulares? El personal. Si tú tienes un personal honesto, no hay celulares”, prometió.
Los internos contarán con las terapias de una batería de psicólogos y psiquiatras, buscando eliminar el “ocio” o uso de drogas dentro del penal.
CARLOS MORETA